Ah, pero ¿no lo habían tirado ya?

Lunes 5, comienza la semana, pero no es un día cualquiera. Enciendo el ordenador y veo a los compañeros de Greenpeace instalando una oficina temporal en el Algarrobico. Desde el grupo local de Bizkaia, apoyamos la campaña y a los activistas, y nuestra labor es poner nuestro granito de arena saliendo a la calle.

Stand colocado, hojas de firmas, todos los voluntas, ya son las 19.00, toca romper el hielo y comenzar a trabajar.

Algunos peatones nos esquivan, otros hablan por el móvil, cuesta empezar. Estamos en Bilbao, ¿sabrán los bilbaínos qué es el hotel el Algarrobico? Pues sí, lo saben… “Ah, pero ¿no lo habían tirado ya?”, “sí, sí, dónde hay que firmar”, “lo he oído esta mañana en la radio”, “me encanta el Cabo de Gata y no entiendo que este hotel siga en pie en medio de la playa”…

Socios y socias de Greenpeace, estudiantes, personas anónimas, señoras, turistas, unen su nombre a nuestra petición, e incluso nos felicitan por otras acciones como la de la central de Cofrentes: “sí, sí, Greenpeace, ya os vi subidos en la torre de la central nuclear”.

En apenas dos horas recogemos 217 firmas, la noche se nos echa encima, recogemos, y nos quedamos un ratito en el Casco Viejo. Comentamos entre nosotros nuestra sorpresa por la repercusión de la acción, por el apoyo de la gente, y también las excusas de quienes no quieren firmar o pasan de largo: “no me interesa”, “es que voy de paseo”…

Hoy ya es miércoles, los activistas continúan en el hotel, y empiezan a verse reacciones, que se quedan, como siempre, en buenas palabras y pocos compromisos reales. Ya ha habido tiempo suficiente, no necesitamos este hotel, y queremos recuperar la playa. No sólo la del Algarrobico, sino todos los espacios naturales que, movidos por el dinero, se apropian los alcaldes, promotoras y administradores.

¿A qué esperan ellos para demoler el Algarrobico? y tú, ¿a qué esperas para firmar?

Marta González
Voluntaria Grupo Local de Bizkaia